El resultado de las elecciones del 23 de julio dejó un escenario complejo del que se podían extraer pocas certezas. La más relevante fue sin duda que el bloque conservador, compuesto por el Partido Popular y Vox, se había quedado corto de la mayoría que le vaticinaban la mayor parte de las encuestas. Todo apuntaba a que Núñez Feijóo (PP) iba a ser incapaz de reunir los acuerdos necesarios para alcanzar la Moncloa, realidad que se materializó hace apenas unas semanas con su investidura fallida ante el Congreso de los Diputados. No obstante, una segunda certeza de los resultados del 23-J fue que las formaciones que hace cuatro años auparon a Pedro Sánchez (PSOE) a la presidencia no contaban en esta ocasión con la suficiente representación como para poder reeditar su gobierno.