En las últimas décadas, según Avi Friedman, hemos creado una cultura de consumo excesivo relacionado con el mercado de la vivienda, que perpetúa la noción de que la única casa que se puede comprar o con la que empezar la vida debe ser enorme y lujosa. Aceptamos esto sin ver que es innecesario pues nos hemos adaptado a vivir en circunstancias diferentes a lo largo de la historia. Los proyectos de edificación e ingeniería civil pasan de una obra estacional a otra, pero los procesos de construcción, mantenimiento y renovación de edificios siempre han sido no solo una actividad económica esencial desde que el hombre empezó a contar con una vivienda; sino también motor clave de las sociedades y la cultura. El sector representa actualmente el 4,1% del PIB en EEUU y el 5,6% en la UE.
Según varias intuiciones de la economía urbana, las ciudades existen paraaprender de otras personas; emparejarse y encontrar preferencias similares con otros y compartir nuevos conocimientos o técnicas de forma eficaz. Sin embargo, la pandemia mostró una nueva perspectiva sobre cómo los hogares valoran la propiedad donde viven. Esto ha provocado un fuerte desplazamiento de la demanda de vivienda desde las ciudades centrales y los barrios densos hacia los suburbios y barrios con menor densidad de población. Muchas áreas metropolitanas experimentaron una notable caídaen las ventas de viviendas dadas las preocupaciones sanitarias, las órdenes de confinamiento y la incertidumbre económica, siendo el nivel más bajo desde la crisis de 2007. De este modo, la demanda se recuperó rápidamente pero la oferta siguió siendo baja, lo que sugiere que reaccionó el lado de la oferta de nuevas construcciones privadas de viviendas. Además, se ha descubierto que los precios captan un efecto de la demanda y que el equilibrio contempla el nivel de construcción y el ajuste de la elasticidad de los precios.
Las migraciones a gran escala, facilitadas por el aumento de las políticas de trabajo desde casa, la reducción de los desplazamientos al trabajo y el cierre de servicios municipales; aumentaron la importancia de las características de la vivienda en los suburbios y periferias y el aumento de la calidad de vida en las zonas rurales, con un mayor espacio y una menor densidad de población.
Desde la recesión de 2008, los precios han alcanzado niveles más altos en términos reales. Pues, aunque la población ha aumentado, los precios reales de la vivienda han aumentado más que los costes reales de construcción. Solo en los EEUU se ha producido un incremento de más del 50% en el precio de alquiler entre 2000 y 2018 y según los datos de la Oficina del Censo (2022), la migración 2020-2021 mostró un nuevo comportamiento. 5 de los 10 condados con mayor crecimiento numérico se encontraban en Texas, Arizona, California, Florida y Utah. Por otro lado, los 3 mayores perdedores numéricos fueron el condado de LA, NY (Manhattan) y el condado de Cook (Illinois).
Esto último puede sugerir un nuevo comportamiento particular en la movilización de personas. Tras el aislamiento por la pandemia, la movilización a los suburbios o zonas menos pobladas pareció ser más común que en años anteriores. Entretanto, este tema se ha convertido en uno de los más relevantes en las revistas de economía urbana, inmobiliaria y financiera tras la pandemia de 2020. Asimismo, existen muchos aportes sobre el problema de medición de la elasticidad de la oferta.
Ante la falta de datos certeros para medir la oferta en el sector de la vivienda, existe una amplia oportunidad de investigación para mejorar la medición de la elasticidad de la oferta. Los microdatos procedentes de plataformas digitales podrían mejorar el enfoque y proporcionar una mejor comprensión de este efecto. Y, la información sobre alquileres, políticas de trabajo desde casa, puede actualizarse en los años siguientes para observar si el comportamiento se mantiene. Además, enfoques de regresión mejor calibrados (redes neuronales) podrían proporcionar hallazgos sobre este tema de coyuntura en la actualidad. Por último, pero no por ello menos importante, la inflación, especialmente en los costes de construcción y los precios de los materiales, es una variable relevante a tener en cuenta durante esta década para este tema.