Desafíos Urgentes, Decisiones Cruciales: La Trascendencia de las Elecciones en la Unión Europea

Guerra. Crisis energética. Cambio climático. División social. Unión Europea. 9 de junio de 2024. Los ciudadanos de la Unión Europea tienen una cita crucial con la única capaz de cambiar el rumbo, de ofrecer un futuro distinto: la democracia. El día 9 de este mes de verano se celebran las elecciones al Parlamento Europeo, que determinarán la trayectoria de la Unión en los próximos años. El Parlamento Europeo, conformado por 705 eurodiputados representando a los 27 Estados Miembro, desempeña un papel esencial en la toma de decisiones de la UE. “La Unión Europea”; esa entidad supranacional cuyo nombre nos suena lejano y cuyas decisiones parecen no repercutirnos. Incluso su denominación resulta demasiado teórica y hasta algo incomprensible: « entidad supranacional ». Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Las Directivas y Reglamentos de la Unión Europea son la base de en torno al 90% de la legislación de los ordenamientos jurídicos de sus Estados Miembro; de esta forma dictan qué sucede en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida diaria. Desde aspectos como el transporte, la energía o la sostenibilidad - todas ellas competencias compartidas con los Estados Miembro - hasta aduanas o política monetaria y comercial - competencia exclusiva de la UE.  

En estas elecciones en particular, la participación ciudadana adquiere una relevancia sin precedentes puesto que se celebrarán en un contexto político particularmente desafiante. La guerra en Ucrania ha puesto a prueba la unidad y la capacidad de respuesta de la UE. La crisis energética ha elevado los precios de la energía y ha puesto de relieve la necesidad de diversificar las fuentes de suministro. La inflación está impactando en el poder adquisitivo de los ciudadanos. Y el auge de los populismos de todos los colores e ideologías políticas amenaza la cohesión social y la estabilidad política de la UE.

Pero, ¿por qué es tan importante la participación ciudadana? Nuestros votos tienen el poder de marcar la diferencia, de decidir qué dirección tomará Europa, ya que el Parlamento Europeo es la única institución de la UE elegida directamente por los ciudadanos. En las elecciones de 2024, los ciudadanos europeos tienen la oportunidad de dar forma al futuro de la UE, apostando por una Europa más justa, sostenible y solidaria. Tras una pandemia, una guerra y una crisis energética y económica, el Parlamento se enfrenta al desafío de reconstruir la Unión Europea, y, que lo haga de la forma adecuada también es responsabilidad de sus ciudadanos.  

El rumbo ya marcado por la Comisión Europea actual, y que se prevé que la siguiente Comisión implemente, pasa por una doble transición: verde y digital, con la premisa de que esta transición debe ser socialmente justa. El Parlamento sigue las directrices de esta institución en su toma de decisiones, sin embargo, tiene voz propia, la voz de sus ciudadanos. Así, para que estas transiciones tengan lugar en el marco de reconstrucción de la Unión, es necesario priorizar la inversión en sostenibilidad y digitalización, la creación de empleo de calidad, la protección del consumidor y la independencia del mercado energético y de materias primas. Por otro lado, la guerra en Ucrania ha puesto de relieve la necesidad de mejorar la defensa de la Unión, que actualmente cuenta con la protección de encontrarse bajo el paraguas de la OTAN. A lo largo de esta legislación también deberán tomarse decisiones sobre cómo responder a la crisis humanitaria, fortalecer la defensa europea y promover la paz y la diplomacia. Otro tema que no pasará desapercibido será la potencial accesión de nuevos países a la UE. Además de las dos instituciones ya mencionadas, el Consejo, donde los Estados Miembro se ven representados, también juega un papel esencial en la división de poderes de la Unión. No obstante, la única institución donde los ciudadanos tenemos una representación directa es el Parlamento.  

Si bien el resultado de las elecciones de 2024 es incierto, se espera una alta participación electoral debido a la importancia de los temas que se encuentran sobre la mesa. Es posible que el Parlamento Europeo quede más fragmentado que en la actualidad, lo que dificultará la formación de una mayoría estable. Sin embargo, la complejidad de los desafíos que enfrenta la Unión exige de una respuesta robusta y unificada por parte de las instituciones europeas, que no solo perfilará el futuro de la UE sino también el panorama internacional. En este contexto, la participación activa de los ciudadanos en el proceso electoral se convierte en una responsabilidad individual de gran alcance.