Respuesta europea ante la COVID-19

La semana pasada nos acompañó Fernando Sols, Senior Policy Advisor del Parlamento Europeo, para hablarnos de la respuesta europea ante la COVID-19. Aquí os dejamos algunas ideas:

 

1. La respuesta ante esta crisis, en comparación con la de 2008, está siendo mucho más rápida. Se ha apostado por hacer “menos Europa” y relajar medidas importantes para ayudar a mitigar los efectos de la crisis. Por otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) también ha estado muy rápido y ha tardado semanas en llevar a cabo medidas y programas que con la crisis de 2008 tardaron mucho más, además de ser más ambicioso.
 

2. Se está sacando adelante la propuesta de la Comisión Europea del plan de reconstrucción, que movilizará 750.000 millones de euros, de los que España sería uno de los grandes beneficiados, recibiendo unos 77.000 millones en forma de transferencias directas. El otro gran beneficiado será Italia. Para poner en contexto las cifras: la cantidad de dinero que va a recibir España se corresponde con la que podría llegarle en otras circunstancias en cuatro años.
 

3. La disputa entre los países del norte y los del sur tiene errores por ambos lados. Los países del sur deberían abandonar esa retórica, porque a los países del norte también les ha afectado la crisis y a veces parece que no es así. Y por su parte, los del norte deberían dejar de juzgar a los del sur utilizando el mismo razonamiento que con la crisis de 2008, porque esta crisis, que es por causas naturales, es distinta.

 

4. La burocracia europea puede que sea excesiva, y se puede mejorar, pero sirve para que asegurar que se utilizan debidamente los fondos y ayudas de la UE. De la reacción frente a la pandemia se ha aprendido a contar con instrumentos para responder rápidamente en situaciones de emergencia y, en muy poco tiempo, hacer que las reglas del juego cambien y se priorice la sanidad.
 

5. Esta crisis ha servido para eliminar el tabú del endeudamiento común en Europa y, en el caso de los presupuestos de los programas de salud, que antes eran más simbólicos, ha servido para volverlos más ambiciosos.