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Cultura ¿subvencionada?

Al inicio del curso académico 2020, en Murcia, se implantó la medida denominada “pin parental”.  Esta figura la aprobó la coalición de gobierno murciana, evento que ha producido una gran discusión entre las diferentes fuerzas políticas españolas, quedando confrontados, por un lado, los tres partidos de centro y la derecha y, por otro, el Gobierno y sus aliados. Ahora bien, ¿en qué consiste el “pin parental”? 

Básicamente, consiste en la puesta en conocimiento de los padres y madres del alumnado acerca de las actividades extracurriculares relacionadas con cuestiones morales. Tal consideración la tienen aquellos talleres que tratan la educación afectivo-sexual, la identidad de género o la diversidad LGTBI, entre otros. Así, la finalidad de esta medida, según los partidos de centro y derecha, es el reconocimiento de la patria potestad en el ámbito escolar, amparado bajo artículo 27.3 de la Constitución Española que instaura y defiende el “derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.”

Sin embargo, esta figura no ha sido bien recibida por parte del Gobierno y sus aliados. Estos, cobijándose en el mismo precepto, afirman el derecho de los niños y niñas a recibir una educación integral, sobrepasando al derecho paterno. Además, continúan argumentando, dichas actividades no forman parte de un bloque de materias extracurriculares, sino que, dentro de la propia educación, estos talleres forman parte del core educativo, quedando indisponibles, como sucede con las matemáticas, lengua y tantas otras asignaturas. 

Visto este panorama, invitamos a reflexionar sobre varios puntos. El primero de ellos consiste en el propio contenido del artículo 27.3: si no se puede decidir sobre este tipo de contenidos, entonces, ¿queda reducido el derecho a la mera elección de centro? Si una familia desea una formación carente de elementos morales, ni religiosos ni políticos, ¿acaso no sigue teniendo derecho a la educación gratuita? También podemos aprovechar esta ocasión para reflexionar acerca de la política española: en medio de toda esta discusión ¿quién vela por el Bien Común? ¿Quién piensa en la sociedad cuando unos y otros tan solo piensan en la crítica al que lleva el pin de diferente color?