Orden Internacional
El ascenso económico de China durante las últimas décadas, la actual guerra comercial entre este país y los Estados Unidos, o los diversos retos a los que se enfrenta la Unión Europea son temas que están a la orden del día. Si a esto le sumamos las dificultades generadas por el surgimiento de una pandemia inesperada para muchos, el debate está servido: ¿qué va a pasar con el orden internacional en el futuro?
Tras una primera semana dedicada a la calidad democrática que nos dejó intervenciones de gran calibre, acabamos de atravesar el ecuador de la Universidad de Verano de Areté con el análisis de un tema no menos actual e interesante: el orden internacional.
“La libertad, de ahora en adelante” sigue a la perfección su hilo conductor con un tema que no solo es actual sino que también va a dar mucho que hablar en los próximos años, o décadas. Huelga decir que durante este módulo China ha sido objeto constante de discusión, hasta el punto, quizás, de ser el protagonista principal. Estados Unidos tampoco podía faltar, ni la Unión Europea, ambos figuras clave en el desarrollo presente y futuro del mundo que conocemos. También ha habido alguna mención a la situación en otras regiones como África, Rusia o Asia en general. Nunca debemos olvidar que hay mundo más allá de Occidente y China.
Ramón Gil-Casares, exembajador de España en EE.UU y actual embajador en Egipto, estuvo a cargo de la primera ponencia, que fue una excelente introducción al módulo puesto que nos habló del panorama internacional de una manera general pero efectiva. En un mundo post-Westfaliano con cada vez más grupos de poder – y muchos de ellos no son estados – el “America First” de Trump, y la paralela revolución absoluta en China, parecen estar transformando los papeles de ambos países en el orden mundial. Mientras que EE.UU siempre había sido “la nación de confianza” de diversas regiones, su actual capacidad para realizar alianzas está en entredicho. Otro protagonista del panorama actual es Rusia, cuyo potencial todavía no ha sido del todo desarrollado debido al “techo de cristal económico” que le impide ascender.
A continuación, el exembajador de España en China y actual cónsul general en Casablanca, Alberto Carnero, se centró en la evolución de China y en cómo este país "ha pasado de la esperanza a la confrontación”. Esperanza por su alentadora entrada, cuando eran un país más o menos discreto, en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el año 2001. Y confrontación por su comportamiento económico, considerado desleal a partir de 2007. A esta confrontación económica se le unen el actual discurso anti-China de Trump o las tensiones geopolíticas entre el país asiático y los que lo rodean, dígase Japón o Filipinas. Como ya se ha dicho hay debate para rato, y el orden internacional tal y como lo conocemos sufre más amenazas de cambio que nunca.
La tercera sesión también estuvo marcada por el análisis de los cambios en el panorama actual. En esta ponencia, el exministro de Asuntos Exteriores y Cooperación y actual embajador de España en Italia, Alfonso Dastis, expuso siete grandes tendencias internacionales, con un enfoque general pero algo más dirigido hacia la UE. Entre estas tendencias cabe destacar la acentuación de la fracturación social en diversos países; el cuestionamiento del modelo económico y político occidental, sobre todo a raíz de la crisis del Covid-19; una cierta tendencia a la desglobalización; y los altibajos en la concepción de la UE por parte de los europeos. El análisis de esta última tendencia nos dejó además una cita interesante: “La UE está formada por dos tipos de países: los que son pequeños y lo saben y los que son pequeños y no lo saben”.
Finalmente, Jaime García-Legaz, exsecretario de Estado de Comercio, analizó desde un punto de vista económico el espectacular ascenso de China y la competencia entre esta y los EE.UU. Vimos cómo Europa ha acabado atrapada en la guerra comercial entre los norteamericanos y los asiáticos – a pesar de que algunas previsiones eran optimistas al respecto – y cómo China empieza a superar a su rival americano en algunos indicadores económicos, por ejemplo, relacionados con el desarrollo tecnológico. A raíz de este análisis surgieron reflexiones desde perspectivas diferentes a la económica, con la mención de temas como la tensión geopolítica y militar en el mar del Sur de China o los negocios crecientes de empresas chinas en África.
Como consecuencia de todas estas tensiones internacionales, cuya gravedad parece haber crecido con el estallido del coronavirus, se nos plantean una serie de interrogantes: ¿de qué manera va a afectar esta situación a nuestra futura libertad de movimiento?, ¿cómo va a soportar estos conflictos la economía de libre mercado?, y un largo etcétera.
En una situación tan cambiante, y con cada día más elementos de poder que se unen al panorama mundial, es importante ser conscientes de que el orden internacional puede cambiar mucho en el futuro próximo. Pero aún de mayor vital importancia es ser conscientes de las potenciales consecuencias de estos cambios en nuestra vida, o más en concreto: en nuestra libertad.