ARETE

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Calidad democrática

Apenas llevamos unos días en la mal llamada “nueva normalidad” y la libertad está en boca de todos. Libertad por la “vida” recuperada; libertad por el nuevo confinamiento decretado en el Segriá; libertad por los continuos ataques a la prensa por hacer su trabajo; libertad, en definitiva, más necesaria que nunca. Da la impresión que en estos momentos la libertad se está vendiendo muy barata, con multitud de personas arrogándose su defensa. Así pues, se diluye su importancia, y nunca sabemos a qué nos referimos y nunca se quiere dar una respuesta. Asistimos en los últimos tiempos a una dictadura del pensamiento, una dictadura de la mediocridad. Atreverse a disentir está mal visto y se tacha de reaccionario a quien lo hace. Sin embargo, nunca se nos debe olvidar que la defensa de la Libertad debe ser un faro intelectual, una Ítaca particular. Dijo en su día Felipe González que la Libertad se perdía cuando se empezaba a temer. Es, pues, momento de dar un paso al frente en su defensa y en su conocimiento.

De esta manera, Areté está organizando su Universidad de Verano bajo el ambicioso título de “La libertad, de ahora en adelante”. En un mundo tan cambiante como el nuestro, resulta fundamental tomar el pulso para poder crear un pensamiento propio, una idea, que nos haga vislumbrar el mañana. Con magníficos ponentes, la semana pasada se impartió el módulo de Calidad Democrática. En una España donde la libertad, propia y de las instituciones, está cada vez más en entredicho, es necesario un compromiso para salvaguardar la democracia y, con ella, la libertad.

De este compromiso habló D. Fernando Navarrete, Director de Gabinete del Gobernador del Banco de España, al referirse a la importancia de los organismos supervisores, ya sean financieros o de otra índole. Las decisiones que se toman, más si cabe en momentos de crisis como el actual, deben llevar a un curso futuro, nunca tener una visión cortoplacista, y deben ser decisiones tomadas en libertad, sin presiones políticas. De presiones también habló el ex Fiscal General del Estado D. Juan Ortiz, que en su ponencia alertó acerca de las intolerables presiones políticas sobre las decisiones judiciales, más graves aún si proceden del Gobierno. ¿Cómo se puede tomar una decisión justa si se realiza siempre un juicio paralelo? Dijo algo muy sencillo, pero que se oye poco: “para aplicar la ley al igual para todos, es necesario tener una justicia independiente, libre”. De independencia, aunque sea de los votantes con respecto a los partidos, también expuso ideas D. Rafael Rubio, consultor de partidos políticos y director de campañas electorales, que advirtió de que existe una volubilidad total por parte del electorado. Esto nos repercute de manera muy negativa, ya que los partidos, en especial sus líderes, no son capaces de construir un posicionamiento claro, ya que cambian continuamente en virtud de las encuestas. En la política, la libertad está corriendo un gran peligro. Estamos ante partidos que no crean equipos, sino líderes que ejercen un control total. Esto está empeorando nuestra calidad democrática y debe ser algo contra lo que debemos luchar, dando igual la filiación política de cada uno y, ante la deriva política, es necesario crear ideas para poder construir en política, no destruir. Está nuestra democracia en juego.

Por último, D. Alfonso Armada, presidente de Reporteros Sin Fronteras-España y antiguo corresponsal de guerra, entre muchos otros méritos como periodista, lanzó una idea que merece una particular reflexión de cada uno: en España, al estar todo sometido a opinión por parte de todos, el valor de la opinión se ha diluido completamente.

Como jóvenes, hemos de tener especial cuidado con el tratamiento que hacemos de la información. Hemos de leer y reflexionar. Está en nuestra mano educarnos verazmente, tener un criterio propio, tener ansia del conocimiento de la libertad. Desde Areté, desde sus actividades habituales a esta Universidad de Verano, se nos ofrece una gran oportunidad para desarrollar nuestras propias ideas. Debemos ser valientes, debemos situarnos en una incomodidad intelectual, ya que la única manera de poder defender la libertad es teniendo un amplio conocimiento de la compleja libertad que nos rodea. El creer y defender unos valores, una idea de libertad y democracia, no es sino el principio de camino necesario que cada cual ha de recorrer. Así pues, la libertad, de ahora en adelante.