Continuamente vemos noticias relacionadas con el desarrollo chino. Sin embargo, no es el único estado de la región que está creciendo a pasos agigantados. Uno de ellos, que resulta fascinante tanto desde una perspectiva histórica, cultural y económica, es Vietnam. Este país que no solo crecerá económicamente, sino que tendrá un papel fundamental en la competencia entre USA y China por el control de Asia-pacifico. 

En primer lugar, hagamos un repaso rápido de la historia:

El Vietnam actual se fundó bajo los fuegos de la guerra. Tras una devastadora guerra con Estados Unidos le sucedió otra guerra más desconocida con China. 

Esta guerra fue propiciada por conflictos ideológicos y fronterizos con su vecina Camboya. Vietnam decidió invadir y deponer al terrible régimen camboyano de los Jemeres Rojos. Debido a la amistad con el régimen de Camboya, China decidió realizar un ataque punitivo a los vietnamitas. Como consecuencia las relaciones entre los dos estados continúan siendo tensas en la actualidad. Estas tensiones son aumentadas por un conflicto territorial derivado de las Islas Paracel y Spratly, que son reclamadas por ambos países. 

En el plano económico las cosas tampoco fueron sencillas:

La pobreza en el país continuó después de las guerras debido a la desastrosa política comunista de colectivización. No fue sino hasta finales de los años 80 cuando se implementó el plan “Doi Moi” o “Renovación”. El avance fue imparable. En la década de los 80 la economía basada en la agricultura tuvo por primera vez superávit. Estos ingresos, junto con la entrada de capital extranjero en los años 90, han permitido su industrialización.

¿Cuál es la situación actual?

Hoy día Vietnam es un país abierto a la inversión extranjera, con bajos sueldos y una enemistad territorial con China. Estas tres características lo convierten en el socio ideal de Estados Unidos y sus intereses empresariales. Empresas como Apple ya tienen en Vietnam su segundo fabricante, y otras empresas tecnológicas como Microsoft o Amazon la están siguiendo. 

Estos movimientos se tradujeron en el mayor crecimiento del PIB anual (8%) de su historia en 2022.

¿Es oro todo lo que brilla?

Todo lo mencionado anteriormente nos lleva a especular sobre una futura Vietnam pseudocapitalista y muy ligada a los intereses americanos. 

Aun así, no todo es de color rosa. Este país aún arrastra dificultades para el crecimiento y la inversión. Problemas como la corrupción y la burocracia, inherentes a un país gobernado por un partido único. Por otro lado, China sigue siendo su principal socio comercial y algunos expertos alertan del riesgo de entrar en “la trampa de la renta media”. 

Esta trampa es en la que han caído algunos países de América latina. Se caracteriza por una rápida industrialización, seguida de un aumento de los sueldos y calidad de vida. Estos nuevos costos de fabricación les hacen perder su ventaja competitiva frente a países con sueldos menores. Las economías se ven entonces entre la espada y la pared; por un lado, no pueden competir en fabricar barato, y por otro lado, no pueden fabricar productos tan complejos como las economías desarrolladas como la nuestra.

Mi opinión del futuro:

No soy adivino pero conociendo un poco el pasado de alguno de sus vecinos asiáticos les auguro dos posibles caminos. 

Una opción es el camino del crecimiento económico, la libertad y la “democracia”. Varios países asiáticos que hoy son potencias empezaron como dictaduras, y poco después de su crecimiento, implementaron mayor libertades y derechos individuales. Singapur es un ejemplo de este tipo de “democracia” entre comillas, puesto que. aunque sí existen votaciones, aún conserva elementos autoritarios como el control estatal de la prensa.

La otra opción es la del estancamiento. Es posible que las élites gobernantes no se atrevan a implementar reformas democráticas y liberalización de la economía. En cuyo caso, seguramente termine cayendo en la trampa de la renta media, sin llegar a desarrollar industrias complejas. 

Esperemos que los gobernantes de Vietnam escojan sabiamente.